IMAGINA UN MUNDO MEJOR

Se atribuye a Albert Einstein un dicho parecido a este (no es literal): La decisión más importante que debes tomar es si el Universo es un lugar hostil o amigable. Y según sea esa decisión, así será tu vida.

Mi percepción es que el Universo es amigable y digo esto en conciencia. Me dirán que si esto fuera así no habría conflictos, guerras, terrorismo, violencia y un largo etcétera. Todas esas cosas provienen de personas que decidieron, o se toparon con otros que decidieron, que su universo es hostil; y atacan y se defienden de esa hostilidad, real o imaginada.

Pero volvamos al principio, a la esencia. Hay una cosa que tenemos en común todos los habitantes de nuestro mundo: Todos hemos sido niños, algunos aún lo son. Y como niños hemos “tocado” la esencia del ser humano, que no es otra que simplemente ser, con esto era suficiente. No había expectativas, no había deberías, amábamos y nos amaban, sonreíamos y nos sonreían, sin condiciones, incondicionalmente. En los ojos de un niño podemos ver que el universo es eso, la bondad y la alegría del que simplemente es.

Cuando somos mayores, en lo más profundo de nuestro ser, sigue habitando nuestro Niño Interior, nuestro auténtico ser. Sobre él han cimentado docenas de capas que empañan su esencia, que incluso nos hacen olvidar que un día fuimos niños. En muchas ocasiones, en la mayoría, tenemos un Niño Interior herido, escondido para no sentirse vulnerable detrás de estructuras defensivas que le protegen del dolor, que hace que no se muestre como realmente es.

Pero la esencia existe y está ahí, esperando. Nuestra responsabilidad consiste en abrazar nuestro Niño Interior, curar sus heridas y destapar su esencia. 

Podemos hacer el camino solo o pedir ayuda a familiares, amigos, terapeutas, psicólogos,… Me consta que hay herramientas suficientes para conseguir este propósito: La terapia EMDR y el trabajo con el Niño Interior y los distintos estados del yo, la meditación o el mindfulness, la coherencia cardíaca, la integración del ciclo vital, etc. Y cuando el propósito se logre y cerremos heridas, descubriremos que el Universo es un lugar amigable en el que convivir, no nos quepa la menor duda.

Recorramos este camino, por nosotros mismos y por los que nos rodean. Imaginemos un mundo mejor. Ayudemos, desde cada uno de nosotros, a que así sea.

 

Antonio J. Ariza Alcaide (Psicólogo-Terapeuta EMDR)

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