Información para el cliente

Cuando ocurre un trauma a menudo queda grabado en la memoria con las imágenes originales, los sonidos, los olores, los pensamientos, las sensaciones físicas y las emociones. El recuerdo del trauma no procesado (bloqueado) genera estrés, malestar, síntomas a lo largo del tiempo. El trabajo que haremos con el método EMDR nos permitirá estimular la capacidad de procesar la experiencia, basada en un sistema natural de nuestro cerebro. Es importante recordar que es tu cerebro el que estará realizando la cura y que eres tu el que controla el proceso.

 

Hay mucha investigación científica que demuestra que este método funciona.

 

La base del EMDR es la estimulación alternada de los dos hemisferios cerebrales (se sincronizan) por estimulación bilateral (ojos, manos, oídos). Es lo mismo que ocurre cuando soñamos en la fase REM (movimientos oculares rápidos, de lado a lado). Es un hecho, por tanto, natural.

 

Los traumas (sean grandes traumas T, o pequeños traumas t) provocan niveles de estrés importantes que se pueden traducir después en fobias, ataques de pánico, ansiedad, depresión, etc.

 

El cambio terapéutico con el uso de esta técnica, sería el resultado del procesamiento de estos recuerdos (se desbloquean), integrándose en redes neurales adaptativas más amplias. El paciente, entonces, ve el recuerdo lejano por primera vez, modifica las evaluaciones cognitivas sobre sí mismo, sintiendo emociones adecuadas para la situación y eliminando las sensaciones físicas perturbadoras. Recuerdan el hecho o experiencia pero se integra en una perspectiva más madura y funcional, con las emociones adecuadas y con las asociaciones y creencias positivas.

 

El resultado de todo esto es la reducción o eliminación de la carga negativa asociada al problema y el aumento de la seguridad, de la tranquilidad y de la autoestima.