Los tratamientos que llevamos a cabo intentan no solo mitigar temporalmente algunos de los síntomas que las personas que vienen a consulta traen consigo. No queremos "poner tiritas" en la herida, sino curar la herida de raíz.
Para ello necesitamos herramientas que nos hagan llegar al origen (consciente o inconsciente) de la sintomatología. Y esas herramientas las tenemos: la Terapia EMDR consigue llegar a esas heridas profundas que están en la raíz de los problemas, pero además consigue procesar y curar aquellos eventos traumáticos que son la causa de los síntomas actuales.
La práctica clínica indica que muchas patologías son generadas por experiencias previas, antiguas, que contienen sentimientos o emociones de impotencia, desesperanza, desilusión o cualquiera de los sentimientos o emociones que constituyen un sentido de autodenigración y falta de eficacia. Cuando estas experiencias son reprocesadas y desensibilizadas se archivan de forma funcional en nuestro cerebro y dejan de causarnos los síntomas que nos hacían infelices.
Además proponemos distintas herramientas, como las cognitivo-conductuales y la coherencia cardíaca que nos van a ayudar a llevar mejor el día a día creando hábitos saludables y positivos.
Entre los problemas más comunes en que nuestra terapia ha mostrado ser efectiva, podemos citar los siguientes:
* Diversos tipos de trauma
* Estrés, estrés postraumático.
* Ansiedad
* Depresión
* Duelo
* Adicciones de todo tipo
* Problemas de personalidad
* Problemas de comportamiento
* Ataques de pánico
* Problemas de alimentación
* Fobias
*Trastornos psicosomáticos (colon irritable, fibromialgia, dolor crónico, etc.)
Posibilidad de atención psicológica a domicilio, con las mismas garantías que en consulta.
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