El día de después del peor día de tu vida

Ha ocurrido algo impactante. Algo terrorífico, peligroso. Has estado a punto de morir, o lo ha estado alguien a quien quieres. Has vivido el miedo más intenso de tu vida, y crees que ya no vas a poder volver a ser el mismo después de esto porque es imposible: no paras de recordar una y otra vez las mismas sensaciones, las mismas imágenes.

Probablemente sufres un trastorno por estrés postraumático. Y lo más normal del mundo es sentir temor después de vivir una experiencia como la tuya. Durante esos instantes tan terribles que viviste tu cuerpo sufrió cambios en apenas segundos para responder al peligro que te asediaba. Es una reacción de lucha o huida típica en situaciones similares que se activa para proteger al ser humano en situaciones de peligro.

Pero no se acaba ahí, claro. Casi todo el mundo reacciona de una manera o de otra tras una experiencia traumática. La mayoría de las personas se recupera de esos síntomas de manera natural, pero hay otras que no, que siguen sintiendo estrés y miedo, que viven permanentemente asustadas, incluso cuando ya no hay peligro. Si vives algo así, no significa que seas raro, ni mucho menos, ya que cualquier persona es susceptible de sufrir un trastorno así, a cualquier edad.

¿Cuáles son los síntomas que puedes vivir tras el peor día de tu vida? Normalmente comienzan en los tres primeros meses tras el incidente, suelen durar más de un mes y son lo suficientemente graves como para interferir en la vida diaria. Algunas personas superan el trauma a los seis meses, otras tras mucho más tiempo, y algunas no lo superan nunca porque no buscan ayuda para hacerlo.

 

Somos un buen gabinete de psicólogos en Córdoba que podemos ayudarte

 

Los psicólogos somos profesionales capaces de diagnosticar un trastorno por estrés postraumático, y nos basamos en los siguientes síntomas:

Sigues viviendo la situación una y otra vez y te acompañan síntomas físicos como palpitaciones o sudoración, sufres pesadillas o tienes pensamientos aterradores.

Te mantienes alejado de los lugares, los acontecimientos, los sentimientos, los objetos o las personas que te recuerdan la experiencia traumática.

Te sobresaltas fácilmente, sientes tensión todo el tiempo, tienes dificultad para dormir o arrebatos de ira.

Tienes problemas para recordar con exactitud qué ocurrió aquel día, te asedian pensamientos negativos, sientes culpa o remordimiento tras la experiencia, y ya no te hacen feliz las actividades que antes te gustaban.

En los niños pequeños podrían darse otros síntomas como orinarse en la cama, olvidarse de hablar, jugar representando la experiencia traumática o aferrarse a un adulto de referencia en demasía.

Los adolescentes se parecen a los adultos, pero a veces se observan también conductas irrespetuosas y destructivas.

Es muy importante que un profesional de la salud mental experto en este tipo de trastornos, como es el caso de nuestro gabinete de psicólogos en Córdoba, trate cuanto antes a las personas afectadas por esta situación. La psicoterapia —y a veces la medicación— son esenciales, y hay que adecuarse a las circunstancias de cada paciente porque no siempre una técnica funciona para todo el mundo.

Hay muchos tipos de psicoterapia que pueden ayudar a las personas que sufren esta situación tan dura. Algunos tratan los síntomas que provoca, y otros se centran en la vida social, familiar o laboral del paciente. La combinación de diferentes tratamientos según las necesidades de cada persona será lo que finalmente tenga éxito.

Entre las diversas terapias encontramos la de exposición, que supone para el paciente volver a enfrentarse a la situación traumática que vivió de una manera paulatina y segura. Se utilizan para ello las imágenes mentales, la escritura o las visitas al lugar donde ocurrió todo. Así se puede ayudar a algunas personas a asumir sus propios sentimientos.

Con la reestructuración cognitiva se busca, por otra parte, ayudar a las personas a darle un sentido a sus recuerdos negativos. A veces los afectados sienten vergüenza o culpa porque recuerdan el acontecimiento de manera diferente a como sucedió, y en realidad no tienen culpa de nada. Con psicoterapia se consigue mostrar la realidad de lo que ocurrió.

Con la terapia EMDR procesamos y reintegramos aquello que sucedió, de forma que la persona comienza a notarlo “digerido” y a sentir el alivio que esto le produce, con la reducción y eliminación de los síntomas del estrés postraumático.

Con la terapia podemos ayudarte a entender los efectos del trauma que has vivido, a utilizar ciertas habilidades para aprender a relajarte y controlar tu ira y el resto de la sintomatología asociada. Trabajaremos para que vuelvas a dormir y a comer bien, para que puedas enfrentarte a los sentimientos que te provoca haber vivido esta situación, y para eliminar de tu vida la tensión constante.

 

Antonio J. Ariza

Psicólogo – Clínico EMDR