Problema de salud del tabaquismo.
El tabaco es responsable de un gran número de enfermedades y de la consiguiente mortalidad (por ejemplo, es el responsable del 90% de los cánceres de pulmón).
Es una droga, debido a la dependencia nicotínica que se produce al llegar a un determinado número de cigarrillos.
A pesar de esto, el fumar no tiene el alcance informativo que debiera tener por su gravedad. Por ejemplo, una persona que muera por sobredosis de cualquier droga dura (heroína, cocaína, etc.), o un sujeto dependiente del alcohol que conduce ebrio y tiene un accidente, saldrán como una noticia importante en la prensa y demás medios de comunicación, mientras que no ocurre lo mismo cuando un fumador ingresa en un hospital con una crisis respiratoria o con una crisis cardíaca debido a su alto consumo de cigarrillos, o cuando ingresa con cáncer de pulmón.
Junto a los problemas de salud que oscilan desde los casos graves como el cáncer de pulmón, laringe, etc.; hasta los típicos catarros, bronquitis crónica, etc.; el tabaco también incide en el rendimiento y en el absentismo laboral y, consiguientemente, en los gastos de seguridad social del país. De ahí las campañas publicitarias preventivas hacia esta droga, que muchos se empeñan en defender como social e inocua, aunque las investigaciones y los datos indican todo lo contrario.
¿Cuándo comienza el consumo?
El consumo de tabaco suele comenzar en la pubertad. La mayoría de los jóvenes comienza a fumar entre los once y quince años, llegando a ser fumadores habituales a la edad de dieciocho años.
Desde el primer contacto con el tabaco hasta la instauración de la adicción se pueden distinguir varias etapas:
- El comienzo: Se puede determinar cuando se interiorizan y se hacen propios unos conocimientos (a veces creencias y sobre todo expectativas) sobre el hecho de fumar cigarrillos y sus consecuencias. Estas creencias suelen hacer referencia a: rebeldía, libertad, madurez, reducción de estrés, etc. Con estas creencias se produce una “sobrevaloración” del cigarrillo, e incrementa la probabilidad de que se produzca la conducta de fumar.
- La segunda etapa es la iniciación del proceso: Se producirían los primeros intentos de consumo. Normalmente se llevan a cabo dentro del grupo de amigos. Además, la persona puede aprovechar para fumar en casa en momentos de aislamiento. En esta fase es muy importante el refuerzo psicosocial, sobre todo del grupo de amigos. También influirán los primeros efectos fisiológicos como náuseas, mareo, etc.
- La tercera etapa, experimentación, se caracteriza por la repetición de la conducta de forma irregular. Este periodo de tiempo es muy variable. Cuanto más se prolongue en el tiempo esta etapa, más probabilidad habrá de que se inicie la dependencia. Afortunadamente, muchos jóvenes no pasan de esta etapa. Se estima que del 30% al 50% de los que llegan a probar el tabaco, se convierten en fumadores. Este proceso tiene una duración media de dos a tres años.
- La cuarta etapa es la habituación. En esta, se han consumido bastantes cigarrillos como para adquirir el hábito. Así, se llega a un patrón regular de consumo. Además, se iría aumentando con el tiempo el número de cigarrillos consumidos.
- La quinta etapa es la adicción. En este momento es la nicotina quien dicta la ley del consumo. Se sirve de dos agentes para modular el consumo: la tolerancia y el síndrome de abstinencia.
¿Cómo incide el tabaco en nuestro organismo?
La nicotina es un compuesto psicoactivo, estimulante. Produce liberación selectiva de dopamina en vías dopaminérgicas (del sistema mesolímbico y mesocortical), produciendo efectos neuroquímicos y metabólicos semejantes a los producidos por cocaína, anfetaminas y heroína.
Además, el consumo de tabaco produce incremento de la tolerancia al aumentar el número de receptores nicotínicos. En la adicción a la nicotina se distinguen tres tipos de tolerancia:
- Tolerancia de adaptación: Se desarrolla rápidamente. Consiste en la desaparición de los efectos desagradables producidos por el consumo de los primeros cigarrillos (mareos, náuseas, sudoración, etc.).
- Tolerancia metabólica: Esta aparece al ser la nicotina un inductor enzimático.
- Tolerancia de efectos subjetivos: Consiste en el hecho de que el primer cigarrillo del día es mucho más satisfactorio que el último.
Dentro de los múltiples componentes del tabaco, hay tres principales:
1. Nicotina: Es el componente activo más importante. Una vez entra en el organismo, se distribuye en el mismo, pasa al torrente sanguíneo y el organismo va adaptándose paulatinamente a la misma, hasta que se llega a la denominada “tasa de nicotina en sangre”, la cual es constante en cada sujeto y es precisamente el nivel que requiere en cada momento el que condiciona su hábito y su adicción.
2. Alquitrán: Se produce tanto en la combustión del papel del cigarrillo como del tabaco que el cigarrillo contiene. Es el portador de agentes cancerígenos.
3. Monóxido de carbono (CO): Es un gas que se desprende en la combustión del cigarrillo y que combinado con la hemoglobina de la sangre forma la carboxihemoglobina, la cual reduce el abastecimiento de oxígeno al organismo y también reduce la cantidad de hemoglobina disponible para transportar oxígeno. El CO es uno de los responsables más importantes en producir lesiones en el feto en mujeres fumadoras embarazadas. También la falta de oxígeno es un factor predisponente a la aparición del infarto de miocardio, etc.
Factores que favorecen y mantienen la dependencia a la nicotina.
Hay muchos factores que favorecen la dependencia a la nicotina:
- Los efectos aparecen rápidamente: Siete segundos después de la inhalación.
- Se puede regular la cantidad de nicotina según la calada.
- El consumo suele derivar en muchas administraciones diarias: por ejemplo, 20 cigarrillos/día x 10 caladas/cigarrillo = 200 administraciones/día.
- El consumo suele derivar en una alta generalización. Es decir, son muchos los estímulos que incitan a fumar, al haber sido aprendidos por condicionamiento.